martes, 23 de abril de 2024

El Ocaso de los Pueblos

 

Como ya he dicho y repetido hasta la saciedad, nuestra civilización, la Era Moderna, fue ideada en el siglo XIX. Fue durante este siglo que el Sacro Imperio Romano Germánico programó una ruptura con el Mundo Antiguo y una venida de un Nuevo Mundo, la Edad Moderna. El siglo XIX es en realidad la época del Renacimiento, del inicio de un nuevo Humanismo, es decir, de una nueva cultura humanística. Lo cierto es que partimos de una gran riqueza material y espiritual de los Pueblos hacia la más absoluta miseria espiritual que domina nuestra sociedad actual.

El siglo XVIII es la época del I Reich, Primer Emporium o Primer Mercado mundial, donde gobernaban las monarquías y a la cabeza de todas ellas el Papa romano. El siglo XIX es el tiempo del II Reich, Segundo Emporium o Segundo Mercado mundial, que terminó al final de la Primera Guerra Mundial.

En los siglos XVIII y XIX Europa estaba fragmentada en un montón de pequeños Estados, se dice que más de trescientos. Estos estaban constituidos por diversos reinos, ducados, principados, condados y arzobispados que rendían vasallaje a un Kaiser (o César) que lideraba el Sacro Imperio Romano. Los gobernantes de los pequeños Estados se consideraban los amos de su territorio.

Durante el I Reich y parte del segundo, los Papas tenían la potestad de coronar a los monarcas y también la de excomulgarlos. El Vaticano dominaba el cotarro mundial. Fue en el siglo XIX cuando empezaron las revoluciones mundiales con el fin de liberar a los pueblos del poderío monárquico y eclesiástico.

Según mis investigaciones, la Época Feudal corresponde al siglo XVIII y el Renacimiento al siglo XIX. ¿Qué pasó y cómo era la sociedad antes del 1700?… ¡Nadie tiene ni pajolera idea!, y todo porque el Vaticano borró completamente nuestra historia antigua, exactamente igual que quieren hacer ahora borrando nuestra “Memoria Histórica”.

Supongo que ya sabéis que el grupo parlamentario de VOX ha presentado una proposición de ley en el Congreso para derogar la Ley de Memoria histórica, aprobada en el 2007, por considerar que se trata de un texto “liberticida” que supone un ataque directo a la libertad ideológica individual, ya que busca señalar a “buenos y malos” en la Historia de España...es lo que pasa cuando un grupo con poder se considera descendiente del bando de los malos. Adulteran la historia y asunto concluido.

Los que mandan saben perfectamente que “eliminar la memoria histórica” es reescribir la Historia faltando a la verdad deliberadamente. La intención, evidentemente, es ocultar lo que sucedió, blanquear a los responsables y oscurecer a las víctimas.

Actualmente hay muchos vídeos por internet que apuntan a una gran civilización anterior a la nuestra, llamándola Tartaria. Según algunos, la sociedad tartariana estaba extendida por el mundo entero y era mucho más avanzada que la nuestra y después de unas guerras muy violentas, en el siglo XVII y XVIII, desapareció. Según otros, más acordes con la historiografia oficial, Tartaria correspondería a la época de Gengis Khan y sus descendientes, coincidiendo con la Edad Media histórica que nos han contado. El Renacimiento vendría después de luchas entre primos, y demás parentela, descendientes del susodicho Gengis Khan.

La etapa del dominio del II Reich, siglo XIX, es el tiempo de las grandes revoluciones populares. Es la época en que el Reich comienza la parcelación del mundo entero. Se lucha por establecer el dominio de los incipientes Estados-Nación, que empiezan a surgir por entonces. La lucha por el poder es entre el Vaticano, la aristocracia europea y la burguesía que son los poseedores de la riqueza. Desde entonces pasamos del feudalismo, gobierno monárquico y eclesiástico, pero con pueblos independientes que tenían sus propios fueros, a los Estados-Corporación que nos someten actualmente. Se destruye Europa y el mundo entero, troceando el planeta en parcelas, estableciendo límites fronterizos entre ellas y creando divisiones artificiales entre la gente que las habita. El objetivo es crear una gran Corporación mundial cuya riqueza, la del planeta entero, vaya a parar al Reich. Esclavizan al mundo mundial para conseguir su propósito.

En el siglo XIX el Sacro Imperio Romano Germánico se descompuso debido a las luchas intestinas por el dominio del poder europeo. Durante este siglo los grandes poderes europeos, Francia, Prusia y Austria intentaron unificar los pequeños estados europeos en Estados más grandes, bajo su dominio por supuesto.

Según la historia oficial durante el año 1848 se sucedieron grandes revoluciones sociales, impulsadas sobre todo por la burguesía, demandando la república como la forma más idónea de gobierno. Lo que nos oculta, la oficialidad, es que todo fue azuzado por el Sacro Imperio Romano Germánico que después de su disolución siguió actuando en la sombra bajo el brazo de la masonería.

Irónicamente a este periodo de revoluciones y de desaparición de los Pueblos, que habían existido durante siglos por el mundo entero, la Historia oficial lo llama “La Primavera de los Pueblos”.

¡Es el mundo del revés!


lunes, 11 de diciembre de 2023

La Natividad del Señor. Celebremos la creación de la Matrix que nos esclaviza

 

Como he dicho anteriormente, el Vaticano es el Centro de operaciones de la Matrix, mercado mundial creado por el Sacro Imperio Romano Germánico. Desde allí actúan los oscuros, es decir, la Nobleza Negra que son los que dominan el mundo entero.

El 25 de diciembre se celebra la Natividad del Señor que las Iglesias cristianas han transformado en la Natividad de Cristo. Evidentemente “Señor” puede ser cualquier persona que domina el cotarro de un lugar.

Una de las acepciones que da la R.A.E. para el término “Señor” es: Poseedor de Estados y lugares con dominio y jurisdicción o sólo con prestaciones territoriales. Otra es: título nobiliario. Y otra, Señor natural: el que tenía poder jurídico público sobre las personas nacidas en su dominio.

Esto último es lo que celebramos, el nacimiento del Vaticano, que se considera la cabeza de Cristo, el dueño y Señor del mundo entero. El Creador…” de la Matrix”.

Todo el mundo occidental pasó a ser dominio del Sacro Imperio Romano en el siglo XIX y toda esta parte celebra el Nacimiento del Señor. Todo Occidente es cristiano. Todo occidente es posesión del Vaticano, el Señor del Mercado Occidental que sutilmente extiende su brazo al Mercado Oriental.

El Sacro Imperio Romano necesitaba religar a los esclavos que trabajaban para él; por eso creó una religión con una creencia común, la Biblia, y unas normas éticas a su conveniencia. Ese fue el motivo por el que diseñó el Nacimiento y vida de Cristo.

¿Por qué necesitaba religar a la gente? Pues sencillamente porque antes del cristianismo romano la gente vivía en comunidades libres y cada comunidad tenía sus creencias y religiones. Necesitaba religar a los habitantes de sus posesiones por Reinos y posteriormente por Naciones.

En la Península Ibérica el Cristianismo Católico Romano se obligó a practicar en el siglo XIX. Para imponerla a todos los habitantes del lugar el ejército del Papa, los jesuitas, invadieron todo el territorio peninsular.

Dieron paso al Renacimiento…el renacer de Cristo. Y para eso tuvieron que eliminar a todas las comunidades antiguas que practicaban religiones paganas. Pero es que el Vaticano consideraba paganas incluso las religiones precristianas, como el Arrianismo y el Nestorianismo. Todas fueron barridas  de la faz de la tierra.

En nuestra península el Vaticano se ensañó especialmente contra los judíos que era la comunidad más abundante en el siglo XIX. Todos fueron aniquilados de un plumazo.

A principios del siglo XX Franco vino a consolidar España y a hacer pasar por el aro a todos los españoles. Eliminó completamente a todos los judíos y creó definitivamente una España católica con un destino en lo universal…hacer trabajar a todos los españoles para el Mercado-España. Todos unidos bajo la tutela del Vaticano.

Fue después de la guerra civil española cuando en España se empezó a celebrar la Navidad. Franco nos obligó.

 La Biblia no dice nada  respecto al nacimiento de Cristo, ni siquiera nos da una leve pista sobre la fecha de su venida al mundo. Es de esperar que los primeros cristianos no celebraran la Natividad del Señor. Por tanto es claramente un invento del Vaticano. Realmente es un ritual de aceptación de la creación de la Matrix instaurada por los que dominan el mundo. Estamos tan impregnados por la estética de este ritual que ni los no creyentes pueden huir de él.

Nos convencen, para inducirnos a practicarlo, diciéndonos que es un momento de reunión con los familiares… ¡Cómo si no hubiera otros momentos más oportunos!¡Cómo si no fuera un momento de peleas entre familiares!

La realidad es que el Estado y el Vaticano hacen un gran negocio durante estos días.

El Vaticano escogió el 25 de diciembre para proclamar el nacimiento de Cristo, fecha en la que antiguamente se celebraba el solsticio de invierno.

El antropólogo James George Frazer en su obra  “La rama dorada”, un estudio comparativo de religión y mitología del siglo XIX, dice “que en el calendario juliano el 25 de diciembre se contaba como el solsticio de invierno y se consideraba la Natividad del Sol, porque el día comienza a alargarse y el poder del sol a aumentar a partir de ese punto de inflexión del año. Cuando la Iglesia de Roma implantó el calendario gregoriano estableció el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre”.

Y obligó a todo el mundo, bajo su dominio, a celebrarlo.

Para más inri el nacimiento de Cristo se celebra con la misa del gallo a las 12 horas del día 24; es decir, dando la bienvenida al nacimiento del dios Sol. El gallo ha sido utilizado en muchas religiones para hacer referencia siempre al sol y a su aparición en el día.

Recientemente ese miserable hombre que es el Papa Francisco ha dicho que Dios no existe y que Jesús se inventó para darle un héroe a las masas. No os engaño, podéis mirar los vídeos de youtube en los que el jefe del Vaticano nos lo cuenta.

Por otra parte, ¿de qué mejor manera se puede celebrar el nacimiento de un Mercado, la Matrix actual?...Pues comprando compulsivamente, es evidente.

Se acerca la Navidad. ..

¡Feliz día de celebración de nuestra esclavitud!...para todos.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

El II Reich o la consolidación del gran mercado esclavista mundial

 Según la historia oficial, el II Reich es el periodo de dominación del Imperio que va desde 1806 hasta 1918, el fin de la primera guerra mundial. Dice la historia que el Sacro Imperio Romano Germánico desapareció el 6 de agosto de 1806 cuando Francisco II, César del Imperio, renunció a la corona imperial para pasar a ser Francisco I emperador de Austria. Nos cuenta que la causa fue la derrota que sufrió en la batalla de Austerlitz contra Napoleón Bonaparte. Pero según mis investigaciones lo más probable es que ésa no fuera la causa real. Por otra parte, hay quien duda de que Napoleón Bonaparte existiera realmente y piensa que es totalmente imposible que la batalla de Austerlitz ocurriera tal y como nos la han relatado.

La verdad más probable parece ser que cuando Francisco I pasó a ser el primer emperador de Austria el Sacro Imperio no se disolvió sino que siguió actuando en la sombra, mutando a lo largo del tiempo. Durante generaciones ha perseguido y dominado el mundo entero desde la Alemania imperial y nacional socialista hasta la Unión Europea. Después del emperador Francisco paso el mando totalmente al Vaticano y su Nobleza negra. El Vaticano pasó a ser el Centro de Operaciones del gobierno mundial.

El I Reich, o Imperio, comenzó en el siglo XVIII la repartición del mundo entre los ganadores de las luchas del Sacro Imperio Romano Germánico, constituido por ricos magnates centroeuropeos. Los vencedores de las guerras pasaron a tomar posesión de sus territorios, que los llamaron Reinos, y se convirtieron en los reyes de sus posesiones.

Dieron paso a un Nuevo Orden Mundial. Un orden nuevo cuya cabeza principal tenía que ser el Papa romano instalado en el Vaticano. Un personaje que se atribuyó ser Dios en la tierra, cabeza de Cristo, y que decía que su Iglesia era el Cuerpo de Cristo y que por tanto tenía derecho a poseer el cuerpo y el alma de todo ser humano.

Y tejieron la telaraña de la Matrix, un gran mercado internacional, usando el Cristianismo católico romano. Iniciaron el Mundo Moderno mediante la dominación espiritual de la religión.

El II Reich provocó el reseteo de la civilización anterior, el Mundo Antiguo, y dio lugar al Renacimiento del Nuevo Mundo. Renacimiento de una nueva humanidad, o humanismo, o nuevo aprendizaje.

Desde el II Reich hay que pagar tributo a un solo Emperador, o Papa, que tiene las dos coronas en una sola: el poder real y el control absoluto en el mundo. Una santa iglesia por encima de todo y de todos en el planeta.

El escudo del Sacro Imperio Romano lo deja claro: representa a un águila bicéfala con una cabeza mirando a Oriente y otra a Occidente. Las dos cabezas están coronadas en lo  más alto por  la gran tiara papal. En una garra sostiene una espada y el báculo papal y en la otra sostiene  la esfera del orbe coronada por la cruz cristiana.

El primer Imperio inició la construcción del gran mercado mundial invadiendo países de todo el mundo y haciendo esclava a su gente. El segundo Imperio continuó con la faena.

Durante el primer Imperio, en la segunda mitad del 1700, se creó también la masonería cuyo objetivo era quitar poder a los reyes absolutistas, al Vaticano y suprimir el comercio de esclavos.

En el siglo XIX el mundo estaba patas arriba, en continua lucha por el dominio del mundo, Campos arrasados, pueblos y ciudades asoladas, edificios destruidos y escombros y cenizas por doquier.

En el siglo XVIII y XIX el mundo estuvo esclavizado por las Compañías de las Indias. Se llamaban así a las compañías que gestionaban el mercado entre una metrópolis europea y sus colonias.

Existían por la parte de Oriente:  la Compañía Británica de las Indias Orientales, la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, la Compañía Francesa de las Indias Orientales, La Compañía Sueca de las Indias Orientales y la Compañía Danesa de las Indias Orientales.

Por la parte Occidente: la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, la Compañía Francesa de las Indias Occidentales y la Compañía Sueca de las Indias Occidentales.

El mercado, durante el segundo Imperio, estuvo dominado por los Sajones. A principios del siglo XIX, la Compañía Británica de las Indias Orientales dominaba gran parte del territorio de la India y otros territorios asiáticos. A principios del siglo XX los Sajones alcanzaron su máxima extensión esclavista en el planeta, dominando un montón de territorios de todos los continentes.

Podéis imaginar el nivel de esclavitud de los siglos XVIII y XIX.

Hasta la segunda mitad del siglo XIX no se abolió la esclavitud en Europa y sus colonias.

Y, ¿qué decir de los jesuitas, el ejército papal? Pues estos religiosos fueron grandes esclavistas. Los jesuitas se esparcieron por el mundo entero. Tenían plantaciones, granjas y escuelas y poseían esclavos para trabajar en sus propiedades.

Así  se construyó nuestro Mundo Moderno, esclavizando a la gente para el beneficio del Vaticano y la nobleza negra.

En el siglo XIX se abolió el comercio y la posesión de esclavos pero la esclavitud continuó.

Y continúa… ¡Somos esclavos de la Matrix!

 

 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

El I Reich. Mercaderes dueños del mundo.

 

El I Reich, o primer Imperio, fue el periodo histórico que comprendió el gobierno del Sacro Imperio Romano Germánico en el mundo. Si como he dicho anteriormente, la fundación de este imperio fue probablemente en el siglo XVII, el primer reino comprendería desde su creación hasta 1806 que la historia oficial nos dice que se disolvió.

Según dice la enciclopedia Larousse este imperio, de carácter supranacional, se impuso por su fuerza espiritual. Según la historia oficial todos los Káiseres o Césares fueron de la casa Habsburgo.

Este imperio se formó como una agrupación política, integrada por los Estados imperiales centroeuropeos y del norte de la actual Italia, bajo la dirección del Kaiser o Cesar.

Es imposible conocer la realidad histórica antes del siglo XVIII, porque todos los documentos y libros que pudieran contarnos la verdad fueron requisados por el poder imperial y el sacro. Sólo podemos intentar dilucidar la verdad por lo que fue escrito durante el siglo XIX y a la vista del desarrollo de los acontecimientos más cercanos a nosotros. Todo ello contando que la historia siempre se escribe en beneficio de los que ostentan el poder.

Ahora contaré la dura realidad de los hechos acontecidos de acuerdo con el desarrollo de la historia en los años más cercanos a nosotros.

“Reich” en alemán significa “Imperio” y la palabra proviene del latín “Emporium” que significa “Mercado”. Por lo tanto, un emperador no es ni más ni menos que el dueño del mercado.

Un Emporium en la Edad Media era una agrupación de colonias comerciales, que incluían varias ciudades o condados, y el dueño y señor supremo de esas colonias comerciales era el Emperador, Kaiser, o César.

Según el diccionario actual, un imperio es una organización política de un Estado que extiende su dominio a otros pueblos y que en general tiene su poder centrado en un emperador.

Ya he dicho anteriormente que en el siglo XVIII hubo una gran brecha en la civilización. Nació el Nuevo Mundo.

Sucedió que un grupo de ricos comerciantes centroeuropeos quisieron hacerse los dueños de todos los mercados mundiales y se pusieron en pie de guerra. Estos potentados poseían alguno de los pequeños condados de Europa, que en el siglo XVIII había más de 300; pero se creyeron con el derecho de poseer la tierra entera.

Posiblemente fue en el siglo XVII cuando se fundó el Sacro Imperio Romano; el único Imperio Romano que ha existido de verdad y se hizo con la única intención de controlar todos los mercados mundiales. El único objetivo fue poder y dinero.

Cuenta la historia oficial que durante los siglos XVII y XVIII el título de César siempre recayó en la familia Habsburgo.

Pero en el siglo XVII hubo una insurrección entre los potentados amos de los condados europeos contra los Habsburgo y comenzaron una serie de luchas para conseguir el cargo máximo de Emperador, dueño y señor absoluto del mercado internacional.

Las luchas de los siglos XVII y XVIII no fueron por religión sino por poder y dinero,

¡Nos han engañado señores! ¡Con premeditación y alevosía!

No fueron luchas entre moros y cristianos, fueron luchas entre facciones de un mismo Emporium, entre hermanos y primos, que lo único que querían era dominar el mundo.

La guerra civil terminó con la batalla de Kahlenberg, con el asedio otomano a Viena en 1683, según la historia oficial.

De resultas de la guerra civil el antiguo Imperio se dividió en dos: el Imperio Otonniano, que pasaría a ser el Sacro Imperio Romano Germánico, y el Imperio Otomano, que pasarían a ser los árabes y musulmanes actuales.

Como colofón final se repartirían los dos grupos el mundo entero, que fue dividido en Occidente ocupado por El Sacro Imperio Romano y Oriente ocupado por los árabes. En occidente se obligó a confesar la religión cristiana y en oriente se obligó a confesar la religión musulmana.

Por cierto, la palabra “otto es de origen germánico y proviene de la voz “odon”, que a su vez deriva a “od, audo”que significa “riqueza” y que evoluciona a “propiedad, dueño”. O séase que otoman significa “señor de la propiedad”. Los otonianos pasaron a ser los señores de la propiedad de Occidente y los otomanos los de la propiedad de Oriente.

A partir de la repartición, las dos facciones trabajaron conjuntamente para hacer de la gente corriente sus esclavos. Todo para aumentar el beneficio de sus propiedades.

En occidente se impuso la dominación del Vaticano, con su ejército de jesuitas, junto con los insurgentes que ganaron la batalla, que se convirtieron al cristianismo, y pasaron a ser reyes de los reinos europeos.

Pero toda nueva civilización se construye sobre las ruinas de otra.

Y para construir el Nuevo Mundo tuvieron que aniquilar el Antiguo.

domingo, 12 de noviembre de 2023

Un Sistema Sanitario podrido hasta la médula

 

Nuestro Sistema de Salud no puede estar más podrido porque ha llegado al grado summum. Y no me refiero sólo al nivel político, que está putrefactado a tope, sino también a los niveles inferiores. Ya que, al igual que una manzana podrida pudre todas las de la cesta, la podredumbre política ha gangrenado todo el sistema.

Lo normal y corriente, dentro de los servicios de salud, es que los especialistas tengan un ego más grande que una catedral. En todas las áreas de trabajo, los especialistas médicos trazan una barrera en la puerta de sus despachos y todos los que no caben dentro son considerados subalternos. Los subalternos no forman parte de la élite médica y son considerados maquinaria de trabajo. Pero eso sí, si hay un fallo o un problema en cualquier momento siempre se buscará un subalterno para echarle la culpa. ¡La élite médica jamás se responsabiliza de nada!

En los hospitales no se trabaja en equipo. Sólo se cumplen protocolos.

Así que si alguno de vosotros tiene algún tropiezo en un hospital, o Centro de Salud, ya puede buscar responsables en el infierno porque aquí, en la tierra, no encontrará ninguno.

En los Centros Sanitarios está todo el mundo politizado, yo creo que hasta las cucarachas que hay en los sótanos de todos los centros. Y todos se llevan a matar.

Cada uno intenta mantener su ego a flote, intentando evitar que otro se lo pise. Pero la cosa está muy difícil. Hay que mantener “ojo avizor” continuamente vigilando que alguno de tus compañeros, o no compañeros, te ponga la zancadilla.

No es extraño que el colectivo sanitario tenga altas tasas de depresión y ansiedad.

Supongo que habrá algún lugar tranquilo en algún hospital pequeño donde se respire buen ambiente y no hostilidad; pero yo no pondría la mano en el fuego por ningún centro español.

El caso es que hasta el año 2000 el ambiente hospitalario era relativamente decente. Pero la entrada de energía del siglo XXI ha acrecentado todo lo malo de este mundo a un grado superlativo.

En este mundillo a la que te descuidas te clavan una puñalada trapera.

Antes del año 2000 tenía yo un puesto de trabajo, ganado por oposición, en un lugar tranquilo donde estaba feliz y en ningún momento pensé que alguien tuviera la osadía de arrebatármelo a traición. Pero llegó el siglo XXI, el siglo del demonio, y me jodió la felicidad.

Pasó que una cabrona sinvergüenza se encaprichó de mi puesto de trabajo y un jefe, aún más sinvergüenza y además psicópata, empeñó todas sus fuerzas en echarme de mi puesto. El jefe, pobre tipejo, es tan inseguro y miserable que temía que yo le quitara su puesto de superior.

Cuando un jefe del Sistema de Salud te hace mobbing es para echarse a temblar, porque todos los endemoniados jefes políticos se ponen de su lado. Y no sólo los jefes sino también los compañeros, que algún provecho sacan. El sistema favorece y premia las discordias.

¡No hay justicia que valga!

Yo no temblé y me metí en un mar de juicios. Sabía que acabaría perdiendo pero no soy de las que dejan que la pisen sin defenderse.  

Me castigaron con cinco años sin trabajo ni sueldo. Cumplí mi castigo y volví a otro puesto de trabajo con la cabeza bien alta.

Mi caso es sólo un ejemplo y dentro del sistema aragonés de Salud hay unos cuantos más, bastante similares. Todos posteriores al 2000.

El siglo XXI nos ha traído una energía muy revuelta. La maldad y el odio del mundo han salido a flote.  

Por la ley de la atracción, un sistema atrae una energía igual a la que él contiene. Es decir, que un sistema hostil atraerá energía hostil. Por lo tanto, no es extraño que haya tantos ataques físicos de pacientes que pierden precisamente eso…su paciencia. Cada día hay más clientes que se dan cuenta que el sistema no les sirve a ellos; ¿por qué será?

Y es que es muy patente que el sistema de Salud tiene otros intereses que no son precisamente cuidar de nuestra salud.

Lo raro, raro de verdad, es que a pesar de todo el sistema funciona mínimamente gracias al empeño de muchos de sus trabajadores.

 

martes, 17 de octubre de 2023

Sacro Imperio Romano Germánico. El imperio que nos esclaviza

 

Sacrum Romanorum imperium nationis Germanicae, es el nombre oficial del imperio fundado por Oton I, según la historia oficial, en el año 962, que comprendía originariamente los reinos de Germania, Italia y Borgoña y que se disolvió en 1806 por orden de Francisco II de Habsburgo que renunció a la corona imperial. Francisco II renunció a la corona del Imperio romano para pasar a ser el primer emperador de Austria como Francisco I.

Para afirmar el carácter sagrado de la dignidad imperial ante la Sancta Ecclesia, Federico I introdujo el concepto de sacrum imperium (dieta de Besançon 1157), pero este término no fue admitido definitivamente en las actas reales hasta 1254. Finalmente, el calificativo de nationis Germanicae, aparecido en el siglo XV para expresar los derechos nacionales de los alemanes sobre el imperio, se empezó a emplear a partir del siglo XVII.

La idea de un imperio único y universal, con sede en Roma, había sobrevivido en occidente a la desaparición del imperio romano de occidente (476). Restaurar el imperio significaba presentarse como heredero de la tradición romana. Y los Papas se consideraron depositarios de la corona imperial.

La tradición establecía que el título imperial debía pertenecer al señor de Italia. Por lo que Oton I, rey de Germania, tras acudir en ayuda del Papa para poner fin a las violencias de Berengario, se hizo coronar emperador de Roma en el año 962. Convertido en protector de la Iglesia intervino en la administración eclesiástica, para liberarla de la influencia de la aristocracia  romana y resucitó el cesaropapismo.

Las dos nociones de “imperio” y “papado” aparecieron como las dos entidades del Sacro Imperio Romano en su forma ideal (simbolizado por las dos espadas). Pero el imperio, cuya administración fue confiada en gran parte a los obispos invadió la jurisdicción de la Iglesia y durante un siglo los emperadores eligieron a los Papas a su antojo.

El imperio nunca llegó a organizarse como una monarquía centralizada. El emperador era el protector de la cristiandad, el defensor de la paz y el soberano de todos los monarcas de occidente.

Hasta aquí el rollo enrevesado y tergiversado de la historia que cuenta la Gran Enciclopedia Larousse. A partir de aquí intentaré contar la versión más probable de los hechos.

Según Voltaire que vivió en el siglo XVIII, El Sacro Imperio Romano no era de ningún modo sagrado, ni romano, ni un imperio.

Para empezar el Papa no se instaló en Roma hasta el siglo XVII, por lo tanto es totalmente imposible que fuera fundado en el año 962. Así que el imperio empezó a existir como mucho en el siglo XVII. Por lo tanto el Sacro Imperio Romano sí es romano, pero su existencia no es tan larga como pretende la historia.

Por otra parte ni mucho menos es un imperio sagrado, porque nada tiene que ver con el culto a Dios. Dios y Jesucristo nada más han sido utilizados para dominar a la población regentada por el imperio, que es el mundo entero.

El término “Germanico” significa “Hermanado” y eso es precisamente lo que fue ese imperio, un grupo de señores muy ricos, que poseían varios feudos en el centro de Europa y norte de la actual Italia, y que se pusieron en pie de guerra con la intención de apoderarse del mundo entero. Ellos provocaron todas las guerras de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX, y sus descendientes siguen provocando las del siglo actual. Son los señores de la guerra.

La enciclopedia dice que “nationis germanicae” se empezó a emplear a partir del siglo XVII y probablemente esa sea una de las pocas verdades que dice la historia. Seguramente el Sacro Imperio se fundó en el siglo XVII.

La otra verdad es que se constituyó con la idea de formar un imperio único y universal que gobernara todo el mundo. Con la ayuda de la religión, los emperadores del imperio sacro romano pensaban esclavizar el orbe entero. Por eso la unión de dos espadas en el escudo imperial, el águila bicéfala, significa la unión del imperio y el papado; también lo indican las dos coronas.

El imperio nunca llegó a organizarse como una monarquía centralizada porque la idea era dominar el mundo entero. El emperador, llamado Kaiser o Cesar, pasó a ser el soberano de todos los monarcas del mundo.

Como ya he dicho, en escritos anteriores, en el siglo0 XVIII hubo un gran reseteo de la población mundial. Es el verdadero reinicio del Nuevo Mundo, que se atribuye a Colón el colonizador; el inicio de la Era Moderna, nuestra era. En el XVIII se destruyó el Antiguo Mundo y se dio paso al nuevo y para ello borraron toda la historia antigua y se inventaron la actualmente contada.

El Sacro Imperio Romano es el verdadero imperio romano que cuenta la historia; nunca jamás hubo antes otro imperio romano y realmente nunca se abolió.

Al principio de la fundación del imperio, éste se hacía llamar Imperio Romano, a secas, y los emperadores y Papas se vestían tal y como nos han enseñado que lo hacían los romanos antiguos.

El máximo mandatario, con poder de emperador, se hacía llamar “Kaiser”, es decir “Cesar”.

Y por cierto, el engaño más grande contado por la historia oficial es que el Sacro Imperio Romano Germánico se abolió en 1806. No os lo creáis, eso jamás ocurrió. Sólo se difuminó.

El Sacro Imperio Romano Germánico es el actual gobierno mundial en la sombra, son los oscuros, las dos grandes serpientes (SS); los que se consideran la élite. Sigue estando constituido por las familias imperiales europeas que se consideraron con el derecho de poseer el mundo por orden y gracia de Dios.

El Sacro Imperio Romano Germánico sigue actuando y jodiéndonos la vida.

martes, 3 de octubre de 2023

Una de Romanos

 

¡He aquí el quid de la cuestión! Las pelis de romanos.

Con la perversa fantasía de las películas nos han adoctrinado sobre la existencia de la Roma antigua y su poder europeo. Con su historia han legitimado al Vaticano para tener poder absoluto sobre todos nosotros. De los paganos romanos pasamos directamente a los santos cristianos.

Es absolutamente imposible saber lo que históricamente pasó antes del siglo XVIII porque toda la historia que nos han enseñado está totalmente fabricada. El objetivo era hacernos creer que los arios romanos actuales gobiernan el mundo desde antes del año I de nuestra era. De esta manera han legitimado el Imperio Sacro actual.

Tiene gracia la cosa, nos dicen que la Edad Media es una época oscura de la que no sabemos casi nada, siendo una etapa cercana a nosotros, y resulta que conocemos con gran detalle la época llamada “antigua Roma” que nos queda muchísimo más lejos según los historiadores; ¡nada menos que 2000 años!.

Pensad un poco, si la historia que ha llegado a nuestros días ha sido escrita en los siglos XIX y XX … ¿Cómo es posible que sepamos lo que sucedió antes del siglo I de nuestra era si no hay documentos escritos de esa época?

Alguno dirá que la arqueología nos lo cuenta, pero eso no es cierto porque los monumentos históricos han sido creados según la leyenda inventada de la civilización…ad oc, es decir hechos a propósito. O si no, ¿por qué creéis que todo monumento antiguo tiene que ser descubierto y restaurado? Pues sencillamente para que cuadre con la historia oficial.

¿No será que todo lo relacionado con los romanos es pura patraña y fantasía?

Lo más seguro es que sean cuentos inculcados en nuestro cerebro por novelistas, historiadores y, ¡cómo no!, la fabulosa imaginación de los guionistas de cine y televisión.

Tras la historia oficial existe una manipulación diseñada y coordinada mundialmente que implica una deliberada falsificación documental a gran escala, con la colaboración de los poderes académicos que participan de esta recreación, y nos la cuelan, en nombre de la ciencia. Como lo dice la autoridad científica oficial, esta verdad inventada no se cuestiona. Y una mentira muchas veces repetida se convierte en una verdad absoluta.

¡Mentiras al servicio del poder!

Eso sí, están tan guapos los antiguos romanos y parecen tan interesantes que nos embelesan.

Roma, la ciudad contra el Amor, no existió antes del siglo XVIII o posiblemente no antes del XIX. Lo más probable es que se le diera nombre al escogerla como capital para la fundación del Estado Italiano. Como en todos los Estados del mundo tuvieron que elegir un lugar centralizado para focalizar todos los asuntos administrativos de Italia.

En 1871 Roma fue nombrada capital del Reino de Italia, terminando así un largo proceso de unificación territorial. Antes de este año Roma era un lugar insignificante y sin importancia. El Coliseo romano y el resto de sus monumentos fueron construidos y preparados en aras de la falsificación histórica.

Curiosamente Roma no tiene una parte medieval, toda su elaboración se ha basado en una época de hace más de 2000 años. ¿Alguien puede creer que en caso de que eso fuera cierto hubieran rastros arquitectónicos de hace tan largo tiempo? Si no hay mapas, ni nada que se le parezca, tan antiguos y en algunos mapas del siglo XVII, que según dicen se han conservado hasta el momento actual, no aparece ninguna ciudad italiana, ni tan sólo una villa, con el nombre de Roma. Esos mapas señalan muchos pueblos diferentes en la península itálica pero ninguno se hace llamar romano.

Dice un tal Tito Livio que Roma fue fundada por Rómulo y Remo, dos mellizos que cuando nacieron fueron arrojados al río Tiber, dentro de una canasta que fue recogida por una loba. Este animal se los llevó a su guarida en el monte Palatino y los amamantó. Y cuando fueron adultos Rómulo fundó Roma, después de matar a su hermano. Dicen que eso fue en el año 753 A.C. Eso sí, ni idea de cómo lo sabía, ni de quien era, el tal Tito Livio.

Con esta patraña de leyenda, ¿cómo puede alguien creer en toda la historia de la Roma antigua?